Cuando organizas una fiesta, a veces lo más valioso no es lo que das, sino lo que cada niño se lleva a casa hecho por sus propias manos. Una fiesta de manualidades no solo entretiene: conecta, enseña y deja huella. Así se hace bien.
1. El espacio
Escoge una zona iluminada, preferentemente con luz natural. Coloca una o dos mesas largas cubiertas con manteles de hule y prepara estaciones de trabajo: pintura, recorte, pegado y decoración. Cada estación tiene que ser clara y accesible.
Coloca carteles como “Zona de Glitter”, “Área de Pinceles”, y “Mesa de Recortes”. Entre estaciones, deja espacio para que los niños caminen sin empujones. Añade música instrumental suave o playlist con canciones infantiles en tono tranquilo.
2. Proyectos para todos
Elige tres actividades principales, según edades:
- Máscaras de animales: fieltro precortado, ligas, ojos móviles, pegamento en barra.
- Marcos de fotos: cartón grueso, stickers, lentejuelas, plumones metálicos.
- Pulseras con cuentas: cordones elásticos y cuentas de colores (añade letras para iniciales).
Cada niño puede elegir uno o hacer los tres, pero deben llevarse al menos una creación terminada a casa.
3. Bocadillos creativos
- Galletas con forma de crayolas, decoradas con glasé.
- Vasitos de frutas con palillos de pincel decorativos.
- Sándwiches en forma de estrellas, hechos con cortadores.
Bebidas en botellas personalizadas con etiquetas que digan “Artista Invitado”.
4. Recuerdo con firma
Al final de la fiesta, cada niño recibe una bolsita con:
- Un mini set de crayones o acuarelas.
- Su marco de foto (donde podrás imprimir y poner su foto durante la actividad).
- Una etiqueta que diga: “Gracias por venir a crear con nosotros. Tu imaginación es única.”